Ya saben, ser amiga con dos chicos guapos tiene sus beneficios.
Allí está Danny. Danny es el chico de oro en todos los sentidos. Tiene ojos azules de ensueño y cabello rubio que siempre se ve perfecto, incluso cuando está despeinado por el aire o aplastado en un casco de fútbol americano. Él es el chico del cual todas las chicas se enamoran. El chico con el cual me meto en problemas, con quien discuto, el guapo mariscal de campo que ninguna chica puede resistir, ni siquiera yo. Estar con Danny es como estar en una aventura. Tiene una sonrisa brillante y contagiosa y unos abdominales para morir. Es prácticamente irresistible.
Igualmente fascinante es Phillip. El adorable y dulce de Phillip, a quien conozco desde que nací. Phillip tiene el pelo oscuro, una sonrisa perfecta, ojos marrones y la voz más sexy que he escuchado. Él es el chico con el cual hablo todas las noches antes de irme a dormir. El chico que me rescata, quien puede leer mi mente, que siempre está ahí para mí, el chico que me mantiene alejada de problemas, el chico que irritantemente cada vez se pone más guapo, y cuyos fuertes brazos siempre parecen encontrar su camino a mi alrededor. Y cuando me da esa sonrisa, es imposible decir no.
Un chico me dará mi primer beso.
Un chico me enseñará a besar.
Un chico me llevará al baile de graduación.
Y, finalmente, un chico me pedirá que me case con él.
Ambos serán mis mejores amigos.
Pero sólo uno de ellos será el chico del que me enamoraré.
Sólo uno de ellos es Ese Chico.